22 de julio de 2008

Cuando jugamos a...

Ayer tuvimos una sesión diferente.

La primera parte la inició con una variante del juego del jengibre, me ordenó licuarlo y mezclarlo bien, a continuación la mezcla fue introducida en un molde y al congelador.

Cuando estuvo perfectamente congelado, me hizo ir a buscarlo, entonces me ordenó inclinarme y lo introdujo en mi ano con presteza. Si bien existe gente que ha jugado con la raíz de jengibre que no ha notado nada, aseguro que con esta variante cambia totalmente la perspectiva que se puede tener de ella, pronto empieza a deshacerse y el efecto que empezó a causar fue espectacular, mi ano bullia, la sola presión de
mi esfínter hacía que fuese casi insoportable el efecto ardoroso que estaba ejerciendo sobre él, mientras que el ano parecía una caldera aunque lo que tuviese dentro fuera hielo.

Mientas ella se reía de las caras que ponía.


When the light goes out, originalmente cargada por isabel_pinkskull.


Me hizo tumbarme, y sobre la mesa ví como preparaba un cirio. Sus ordenes fueron que me abriera, obedecí presto a su voz, y en ese momento una perlas de cera comenzaron a caer sobre mi pene y pubis, -solo es un anticipo- me dijo, dio tiempo a que la cera se derritiese un poco más, y entonces comenzó a derramarla de nuevo, pero ahora se centró en los testículos, los cuales fue regando con el candente cerumen, el cual se deslizaba como si de un río de tratase a través del escroto hasta llegar a las puertas del ano, el cual estaba ya ardiendo por el efecto del jengibre.

El recorrido fue entonces ascendente, subiendo por el tronco del pene hasta llegar al glande descubierto en el cual se recreó dejándolo casi por completo cubierto por una fina capa de cera. Me miró y entonces me pregunto:

-¿Qué sientes más, la cera o el jengibre?.

Y la verdad es que sentía casi por igual las intensidad de los dos, ambos estaban jugando con mis sentidos y emociones, como si de un partido se tratase, luchando el uno contra otro , a ver cual es el que más sensaciones aportaba, no había tiempo para centrarse en uno de ellos, los dos aportaban por igual.

Cuando creyó convenientemente cubierto todo lo quería con la cera, paró, entonces encendió el DVD y dijo.

-Ahora, vas a ver la película de esta forma.-A mí solo me quedó asentir.

Su cara mostraba la satisfacción que sentía ante mi entrega.

1 comentario:

Srta.Marta dijo...

se te echaba de menos

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